viernes, 16 de julio de 2010

Un secreto...







Dedicado a mi libro y su autor


Lo publicaron en 2003




Homenaje a la bandera nacional

Qué memorias más privilegiadas poseen algunos de mis paisanos y en concreto, Alicia, de 87 años de edad, persona con la que hablo cada vez que voy a Valdelageve. En el mes de abril del presente me estuvo recitando con la sencillez que la caracteriza una poesía que tuvo que aprenderse por mandato del señor maestro, en este caso mi padre, Juan-Eloy Montero. El motivo fue la visita de Filiberto Villalobos, que acudió al pueblo en la primavera de 1936 y al que había que hacer los honores debidos, pues hasta febrero había sido ministro de Instrucción Pública y había sido el impulsor de la construcción de la nueva escuela. Según me ha referido Enrique, hijo de don Filiberto, su padre era un hombre muy querido en el pueblo, extremo ratificado por varias personas. Alicia, con trece años, recitó la poesía desde un balcón de la plaza y recuerda los aplausos que recibió. Tengo que aclarar que entonces la bandera nacional tenía tres colores. A continuación les muestro la poesía que, casi de una tirada, fui capaz de escribir según la iba diciendo.


Audaz y conquistadora
Aventurera y romántica
Amiga de cascos, plumas cortas, espuelas y espadas
Roja como el heroísmo como el rayo sol y gualda
Ética por su belleza
Inmortal por sus batallas
Tela en que todos los vientos
Cantaron glorias a España
Y fue a clavarse en las cimas
Donde reposan las águilas
Sudario del enemigo que audaz osó desgarrarla
Igual que un crespón de luto cobijó a distintas razas
Mientras que guíe en los combates para orgullo de la patria
Colgadura de victorias lienzo agrio cifra santa
Descubridora de mundos
Sintió las vírgenes aguas
Abrirse entre su bravura
En espumosas montañas
En el cristal infinito
Digno espejo de copiarla
Fue mirando su grandeza
Libre, intrépida y gallarda
Todos los cascos de guerra
Tienen señal de sus balas
Y todo acero de lucha tiene mella de sus armas
Con cañones dijo al orbe su epopeya soberana
Que estremecidos oyeron todos los puntos del mapa
Supo todos los caminos
Venció en todas las batallas
Y fue tan alta y tan noble
Que en la lid al tremolarla
Postrado el mundo decía
¿Es la bandera de España?
Y España palpita en ella
Y está su tela labrada con fibras de corazones
Y con jirones del alma
Su amarillo es oro puro
Rojo valor y arrogancia
Y porque encierre más brío
Tiene dos partes de grana
Nuestra tradición sublime
En sus pliegues flota
Y canta y basta digna de ella
Nuestra soberbia Giralda
La bandera simboliza nuestras costumbres bizarras
Nuestras parrandas alegres
Nuestras mujeres amadas
Y el zorcico vibra en ella
Y el gemido de la gaita
Y la jota aragonesa
Y la andaluza guitarra
Y están sus ondas de triunfos, tejidas y entrelazadas
Con fibras de corazones y con jirones del alma.
(Foto: Juan-Miguel Montero Barrado)

lunes, 12 de julio de 2010

Coto real de caza

Nuestra zona, al igual que parte de la sierra, fue en su momento lugar donde abundaban los osos. Según anotaciones que he tomado en el pueblo y de diferentes estudiosos del tema, se comenta que ya Sancho III El Mayor (992-1035), rey de Navarra y conde de Castilla, era gran aficionado a la caza e iba al territorio de Valdelageve, donde preparaban las cacerías. El mejor sitio para divisar su paso eran las Eras, paraje privilegiado desde donde se podía observar a los animales bajando por el arroyo de Valtravieso y cruzando más tarde el río Cuerpo de Hombre. Al subir hacia las Eras, los cazadores, estratégicamente situados, podían abatirlos fácilmente. Los que podían escapar bajaban hacia el arroyo del Servón, para adentrarse así en tierras extremeñas.

El pueblo o aldea ya debía de existir por aquell
a época. Una hipótesis posible es que algún grupo aislado de cristianos a salvo de la invasión musulmana de principios del siglo VIII se situase en esa comarca. De lo que sí estamos seguros es que las cacerías continuaron en los siglos posteriores.

Alfonso XI (1311-1348), rey de Castilla y León, nacido en Salamanca y que murió por causa de la peste negra, había sido un gran guerrero y cazador. En esta última faceta nos demostró ser buen conocedor de nuestra sierra, amén de otras zonas, incluyendo la de nuestro pueblo y sus alrededores. Tal es así que dejó escrito
El libro de la montería, que ahora podemos leer gracias a varias ediciones recientes, entre las cuales cabe citar la efectuada por Ediciones Velázquez en el año 1976. Dentro del capítulo VIII, “De los montes de tierra de Salamanca, et de Miranda, et de Montemayor, et Bejar, et Gradadiella”, existe un apartado, “En tierra de Montemayor hay estos montes” que es el que a nosotros nos interesa y del que seguidamente citaré algunos párrafos:

La Xara
del Colmenar, que está entre el Colmenar, et Val de Palacios, es buen monte de oso en la otoñada, et en el ivierno. Et son las vocerías*, la una por cima de la cumbre contra Val de Astelleros: et la otra por cima del valle contra el Colmenar. Et es el armada en fondon de la Xara contra Palacios cerca del arroyo.


Val de Castañar, et Covatiella, que está entre la Nava et Forcaio es todo un monte, et es bueno de oso en la otoñada et en el ivierno. Et son las vocerías, la una por cima de la cumbre contra VALTRAVIESO: et la otra por cima de la cumbre del Colmenar por Berezaleio fasta el rio. Et dende fasta encima de la Cabeza de Asno.
Et es el armada a las ERAS DE VALDELAXEBE.

La Dehesa
de Aldea Seca, et la Nava de Aldea del Acipreste es todo un monte, et es bueno de oso en la otoñada, et en el ivierno. Et son las vocerías las sobredichas de Val de Castañar et de la Covatiella: et el armada esa mesma.


La Dehesa
de Val Escoboso, et la Palvia es todo un monte, et es bueno de oso en la otoñada, et en el ivierno. Et son las vocerías, la una por cima de la cumbre contra VALTRAVIESO: et la otra por cima de la cumbre del Colmenar por el Berazaleizo fasta el rio. Et dende fasta encima de la Cabeza de Asno. Et es el armada á las ERAS DE VALDELAXEBE.


Los Pedrosos, que están sobre las viñas de Montemayor, es buen monte de oso en la otoñada, et en el ivierno. Et son las vocerías las sobredichas del monte de Val Escoboso, et las armadas esas mesmas; pero ha menester otra vocería por cima de Val de Aparicio fasta la carrera que va de VALDELAXEBE a Laguniella: et dende por la carrera fasta VALDELAXEBE.


La Garganta
de Resnon, que está sobre la casa de Joan Andrés, es buen monte de oso en la otoñada, et ivierno. Et son las vocerías, la una por cima de la cumbre contra VALTRAVIESO; et la otra por cima de la cumbre del Colmenar por el Berazaleio fasta el rio, et dende fasta encima
de la Cabeza de Asno. Et es el armada á las ERAS DE VALDELAXEBE.

El Barrejo,
que está en par del vado, et la Texediella es todo un monte, et es bueno de oso en la otoñada, et en el ivierno. Et son las vocerías las sobredichas de la Garganta de Resnon, et el armada esa mesma.

Val de Trosiello es buen monte de oso en la otoñada, et en el ivierno. Et son las vocerías la una por cima de la cumbre de XERGON fasta en par de Laguniella; et la otra por cima de la Cabrera fasta encima de Val de Palacios. Et son las armadas la una encima de la IGLESIA DE XERGON, et la otra en par del arroyo.

* Vocerías: lugares donde se colocan los ojeadores ante el posible paso de las reses para desviarlas a las puertas.

(Fotos: Juan-Miguel Montero Barrado)


Versos molineros

En el mes de mayo dediqué un artículo al molino de mi pueblo. No sé qué pudo ocurrir o yo no sabia cómo hacerlo, pero el caso es que no salieron unos versos que hubieran servido para completarlo. Ahí van.

Molinero, molinero

no vengas de noche a verme,

que estoy sola en el molino

y nos murmura la gente.


Si vienes a mi molino

solita te moleré;

si vienes a mi molino

yo no te maquilaré.


Vente conmigo a la fuente

que está detrás del molino

y al son del agua que corre

háblame de tu cariño.


Esta noche voy a ir

al molino, molinera,

a ver a una niña rubia

que en el molino se queda.


(Foto: Juan-Miguel Montero Barrado)


martes, 6 de julio de 2010

Pueblito, mi pueblo

Mientras preparo las mochilas para irme mañana a Orense y poder desplazarme a Santiago, donde tengo pensado llegar el domingo como peregrino, me ha venido el recuerdo del artículo que le dediqué a Alfredo Kraus el 21 de marzo, en el que al principio evocaba la canción "Pueblito, mi pueblo", de Carlos Guastivino, y que "el Maestro" me dijo que cuando la escuchase en su voz, pensase en mi pueblo: Valdelageve. Se me olvidó poner la letra de la canción, por lo que ahora lo hago:

Pueblito, mi pueblo,

extraño tus tardes,

querido pueblito,

no puedo olvidarte.

Cuanta nostalgia ceñida

tengo en el alma esta tarde,

hoy si pudiera otra vez,

bajo tus sauces llorar.

viendo las nubes que pasan.

Ah, ay y cuando el sol ya se va,

sentir la brisa al pasar,

fragante por los azahares.

Pueblito, mi pueblo

extraño tus tardes,

querido pueblito,

no puedo olvidarte,

querido pueblito,

no puedo olvidarte.














(Foto de Kraus, cedida por la familia del cantante; foto de Valdelageve, de Juan-Miguel Montero Barrado)