jueves, 28 de junio de 2018

Biografía de Francisco Kraus

Que he sido una persona con falta de tacto, qué duda cabe. Nunca me perdona-
ré, después de la amistad que tuve con el mayor de la familia Kraus. Exactamente desde el día 12 de septiembre de 2001, cuando me lo presentaron a la salida de la misa por el segundo aniversario del fallecimiento de su hermano Alfredo y clausura de los actos florales que comenzaron el día 10 del mismo mes, delante de la estatua que levantaron al insigne tenor en la playa de Las Canteras, mirando al auditorio que lleva su nombre. Durante la misa, exactamente en la comunión, canté la “Plegaria” de Álvarez, con la que quedaron encantados los asistentes, casi todos ellos amantes de la música. Entre ellos se encontraba don Francisco Kraus, como así lo llamé cuando a él me presenté, corrigiéndome muy amablemente y diciéndome que lo llamase a partir de ese momento Paco Kraus, como así lo hice y seguí haciéndolo hasta la última vez que hablé con él.  

De todos los contactos tenidos con él, de forma personal o buscando datos que precisaba de su hermano Alfredo para preparar la cronología de su vida y la de su padre Otto, nunca pasó por mi mente hacerle unas preguntas más con el fin haber escrito también un relato de su vida, la cual, en muchos momentos y fases, según él me contó en varias ocasiones, fue paralela a la de su hermano. Se llevaban un año, lo que dio lugar a jugar y salir juntos, tener las mismas amistades y seguir el mismo camino hasta cierta edad, como veremos en el desarrollo del escrito.

Llegan tarde estas disculpas, pero, como el refrán dice, más vale tarde que nunca. Ahora sólo resta ponerme manos a la obra para enmendar el error.

El barítono Francisco Kraus nació el día 21 de octubre de 1926 en el seno de la familia com-
puesta por Otto Kraus, de origen austriaco, y su madre Josefa Trujillo, natural de Las Palmas de Gran Canaria. Fue el primero de los cuatro hermanos habidos en el matrimonio: el propio Francisco, Alfredo, Enriqueta Lola y Carmen. Desgraciadamente Enriqueta falleció a los tres años y medio.

El 25 de diciembre de 1927 fue bautizado, junto a su hermano Alfredo, en la parroquia matriz de San Agustín con el nombre de Francisco Antonio Kraus Trujillo

En 1929 con 3 años de edad comenzó a ir a la escuela.

En 1931 sus padres contrataron a un profesor de piano para que Francisco, con 5 años, y Alfredo, con 4, comenzaran a estudiar solfeo y a tocar el instrumento.

El día 21 de mayo de 1935, con 9 años, tomó la Primera Comunión y ese mismo año comenzó a estudiar francés en la Allianza Française. También ingresó en el Colegio de los Misioneros Hijos del Corazón de María.

Fue en 1936 cuando se presentó para cantar en el coro del colegio junto a su hermano Alfredo, siendo seleccionados y pasando a formar parte del coro de voces blancas.

Ese mismo año, ya con 10 años, comenzó en el mismo colegio a estudiar el bachillerato.

En 1943, con 17 años, empezó a formar parte del Coro de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria dirigida por el maestro Obradors. Aunque poco después este coro desapareció, se creó la Coral Polifónica de Gran Canaria, dirigida por el maestro Luis Prieto, donde comenzaron a cantar los dos hermanos como solistas, destacando ambos en sus respectivas cuerdas.

A partir de 1944, y hasta su marcha de la isla de gran Canaria, fue formado por la profesora de canto María Suárez Fiol, aprovechando también algunos momentos para dar conciertos benéficos y en reuniones familiares.

Entre  1945 y 1946, con 18 años, comenzó a estudiar una carrera. Inicialmente no era capaz de precisar exactamente cuál podía ser por miedo a equivocarme, pero a posteriori he logrado enterarme a través del diario La Provincia de Las Palmas que los estudios que cursó fueron los de Perito Industrial y Magisterio. En todo caso, su padre les obligaba a hacerla… por si en el mundo de la música no triunfasen.

Por recomendación de su profesora María Suárez Fiol marchó a Barcelona, donde recibió clases de canto y técnica respiratoria con la profesora de origen ruso Galli Markoff. Qué duda cabe que el progreso en el bel canto fue notorio con ella.

Finalizada esta nueva etapa regresó a la isla de Gran Canaria para casarse con la que desde años estaba destinada a ser su esposa, de nombre Enedina, una mujer buena, responsable y siempre el pilar de la familia. Tuvieron una hija, a la que pusieron de nombre Virginia.

Mientras tanto mantuvo una gran actividad concertística, tanto en la Isla como fuera de ella. Destacó su intervención en Sevilla por dos años consecutivos en el famoso Miserere de Hilarión Eslava, hasta que llegó el momento de dar el salto a Italia. Milán, concretamente, donde acudió a estudiar técnica vocal con la prestigiosa maestra y soprano Mercedes Llopart. El legado de la señora Llopart fue una técnica exquisita y el conocimiento de producción de la voz que enseñó a sus alumnos: Alfredo Kraus, Renata Scotto, Anna Moffo, Fiorenza Cosotto…

En Italia toma el nombre artístico de Franco di Marco y fue exactamente el 22 de diciembre de 1960 cuando debutó en el Teatro Comunale “Giuseppe Verdi” de la ciudad de Triestre en el papel del Boyardo Chakloviti de la ópera Khovantchina de Mussorgski.

A esta le seguirán: Lucia di Lammermoor, de Donizetti, en el rol de Enrico; Fausto, de Gounod, como Valentín; y La Traviata, de Verdi, interpretando el papel de Monsieur Germont

Ya en 1961, cumplidos los contratos y compromisos en Italia, regresó a España y fue en La Coruña donde comenzó a cantar en Los Festivales de la Coruña. El éxito le acompañó, pues su voz estaba  preparada para cosechar grandes éxitos en el mundo de la zarzuela. De ahí que en un tiempo récord debutara en el Teatro de la Zarzuela de Madrid con la Compañía Lírica Nacional, donde los éxitos artísticos y de público fueron asombrosos. Terminada la temporada, prepararon una gran gira por distintas ciudades de la geografía española.

En 1962, como publicó La Provincia, fue cuando decidió montar su propia compañía y llevarla por toda la geografía nacional. Durante cuatro años representaron piezas del género como La Bruja, La Tabernera del Puerto, Katiuska, El Huésped del Sevillano, La Calesera, La Rosa del Azafrán, la del Soto del Parral, La Tempestad, El Caserío, La Parranda, Los Gavilanes, El Cantar del Arriero, entre otras. Junto a Francisco Kraus estaban las voces de Amparo Azcón, Celia Langa, Pilarín Álvarez, Rosa Gil, Fina Gessa, María Pastor, Eduardo Bermúdez, Enrique del Portal, José Luis Cancela y Andrés García Martí, todos ellos con la dirección musical de José Terol y Mariano de las Heras.

Durante estos cuatro años también cantó con su hermano Alfredo algunas óperas. Tengo controla-
das algunas, como podemos ir viendo.


Dos de ellas fueron: Marina, de E. Arrieta, el 21 de agosto de 1962 en el Teatro Falla de Cádiz; y la misma obra, en junio de 1963 en el Parque del Retiro de Madrid. Por otro lado, según El País (27-11-1989) “los dos hermanos coincidieron muchas veces en el escenario, cantando Rigoletto o Lucia Lammermoor y grabando juntos  La Tempestad o Marina”.

En 1966 firmó un contrato con la Compañía de María Francisca Caballer y Agustín Lisbona, que lo llevó hasta el Teatro Nacional de Caracas. En Venezuela pasó unos años hasta que decidió regresar a Gran Canaria, si bien apartándose de los escenarios de forma temporal.

En 1970, después de una pausa en su carrera lírica, volvió a trabajar en la zarzuela, esta vez con la Compañía Isaac Albéniz de Juan José Seoane en teatros tanto nacionales como insulares. Fueron unos años espectaculares.

Siguien-
do con los trabajos realiza-
dos con su hermano Alfredo, el  3 de julio de 1976 interpre-
tó el rol de Roque en Marina, del maestro E. Arrieta, lo que tuvo lugar en el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria.

En 1978 regresó a Venezuela para brindar unos conciertos en radios y televisiones del país. Aquel viaje se prolongó casi una década, al continuar con la actividad concertística y acceder a una plaza de profesor de canto en la Escuela Superior de Caracas. Además fue profesor de la Compañía Oficial de Ópera de Caracas.

Varios años después, concretamente el 21 de mayo de 1980, volvió a Venezuela, interpretando nuevamente junto a su hermano Alfredo  la ópera Marina, de E. Arrieta. El evento tuvo lugar esta vez en el Teatro Municipal de Caracas.

En 1987 regresó a España para ocupar la Cátedra de Perfecciona-
miento de Canto en el Conservato-
rio del Liceo de Barcelona, puesto que desempeñó hasta su jubilación. Era la Cátedra  Alfredo Kraus, que compartía con su propio hermano. En este mismo año, el 27 de noviembre, declaró en El País que “fue en Barcelona donde comencé a estudiar canto en serio y, por esas casualidades de la vida, es en esta ciudad donde pienso terminar mi carrera profesional”. Así mismo, declaró que “Jamás hubo competencia entre nosotros, quizás porque tenemos un registro de voz diferente y porque Alfredo se volcó en su carrera mientras que yo lo hice con intermitencias”.

Su última actuación pública fue el 12 de mayo de 1995 en el Círculo Mercantil, con motivo del acto de entrega de la Medalla de Oro de la Entidad.

En julio de 2000 regresó con su esposa Enedina a Las Palmas de Gran Canaria para establecer en la isla su residencia de forma permanente.  

En noviembre de ese mismo año recibió el homenaje de los Amigos Canarios de la Zarzuela, que le entregaron una placa como reconocimiento a su trayectoria.

Bien es cierto que él nunca dejó de trabajar desde que llegó a la Isla. Hasta poco tiempo antes de morir siempre estuvo impartiendo clases de canto. Era su vida.

El día 27 de febrero de 2016, a los 89 años de edad, falleció en Las Palmas de Gran Canaria el barítono Francisco Kraus Trujillo.



Discografía

La Tempestad, de Ruperto Chapí, con Francisco Kraus, Alfredo Kraus, Lina Huarte, Dolores Pérez, Santiago Ranalle y Ramón Alonso. Ed. Bongiovanni, 1959.

Marina, de Emilio Arrieta, con Francisco Kraus, Alfredo Kraus, Pilarín Álvarez, Enrique Yebra, Pilar Sáez, Antonio Lagar y Adelardo Curros. Ed. Carillón, 1963.

Canciones grabadas en discos varios

Selección de zarzuelas. Con piezas de El Cantar del Arriero, La Calesera, El Caserío, El Huésped del Sevillano, La Parranda, La Canción del Olvido, Molinos de Viento, Los Gavilanes, La del Soto del Parral. Ed. Belver, 1973.

Poseo un CD-regalo del maestro Francisco, en el que figuran: 10 romanzas de zarzuelas; 8 canciones de Gran Canaria; y 2 obras propias.

Hemeroteca

El País: “Francisco Kraus. El hermano de tenor dirigirá la cátedra de canto Alfredo Kraus del Liceo”. Barcelona, 27 de noviembre 1987.

La Provincia. Diario de Las Palmas: “Francisco Kraus fallece a los 89 años”. Las Palmas, 27 de febrero de 2016.                 

Diario Lírico: “El barítono Francisco Kraus fallece en Las Palmas a los 89 años”. Domingo 28 de febrero de 2018.

Salamanca 15 de enero 2018



(Imágenes: la primera fotografía y la de la carátula del disco de Paco Kraus son mías; la tercera es una dedicatoria del propio Paco Kraus; el resto se ha obtenido a través de internet).

martes, 5 de junio de 2018

Valdelageve y sus alrededores (y 4)

Puente del Moro. Se sabe que desde el siglo VIII estuvo asentado en nuestro pueblo un grupo de berebe-res, gente procedente del norte de África, en el actual Marruecos. Se cree que posiblemente de ahí venga el nombre de nuestro pueblo. Invito a leer el capítulo “Orígenes del nombre de Valdelageve”.

Minicen-tral Eléctri-ca. Situada en la zona de los Pilares, comen-zó a funcionar en 1998. Tiene un solo genera-dor, pero produce 1.100 kws. a la hora, es decir, 600 más que la Fábrica de la Luz, con dos generadores. La caída del agua desde la cámara es de 100 metros.

Riscos de los Pollue-los. Están situados en la margen izquierda del río Cuerpo de Hombre. Son grandes cancha-lazos, en los que habitan búhos reales, alguna cigüeña negra (hoy día, casi en extinción) y, sobre todo, los buitres leonados. De estos últimos, fijándonos detenidamente, podemos ver todos los movimientos que ejecutan: cómo vuelan, se asientan, descansan, cogen alimentos, los trasportan, dan de comer a sus crías…

Muy impor-tante es conocer cómo en el río pueden divisarse los macho-nes de un puente que se prepararon en su momento, aunque dicho puente nunca llegó a construirse. También se encuentran las ruinas de un molino levantado a finales del siglo XIX, que estuvo funcionando hasta aproximadamente el año 1936. Aconsejo leer los capítulos “El paisaje y varios parajes maravillosos”, “Una excelente excursión por uno de los lugares del paraíso” y “El molino de Valdelageve”.

Los Riscos. Se ven a la entra-da de Valdela-geve, viniendo de Lagu-nilla. Están situados en la margen derecha del río Cuerpo de Hombre. Es una ladera alta y empinada de terreno abrupto y descarnado, donde abundan los matorrales de espinos algunos arbustos, y fresnos. En la zona hay cuevas profundas, llamadas
tejoneras, por la presencia de tejones. La vista es majestuosa, no sólo por lo descrito, sino al ver serpentear el río por una gran hondonada. Leer el capitulo “El paisaje y varios parajes maravillosos".

Fuente de la Casa de tía Elena y Fuente de Acullá. A la primera acudían las mozas del Ventorrro y a la segunda iba el resto del pueblo. Este menester se hacía por la tarde, ya que las tinajas, los cántaros y los botijos tenían que quedar llenos. Entonces las
mozas se embelle-cían, pues no en vano en los viajes que echaban de ida y vuelta, con sus recipien-tes sobre la cabeza o al cuadril, aprovechaban para juntarse con los mozos que salían en su busca. Eran momentos muy bonitos y emotivos.

(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)

viernes, 1 de junio de 2018

Valdelageve y sus alrededores (3)


El Huerto del Lobo. Sito en un lugar recóndi-to, en su momento y durante muchos años existió una grandiosa y grandísima higuera centenaria, amén de algún huerto. También, no sólo fue un paso para los lobos, sino que, al ser un lugar privilegiado, era utilizado para hacer paradas e incluso encamarse. Aconsejo leer el artículo que lleva el nombre “El Huerto del Lobo”.

Las Cruces. Fue, como antiguo Camino Real, el punto de confluencia entre las vías de Lagunilla a Sotoserrano, y el Camino o Cañada Real, en este último caso el lugar por donde se desplazaban los rebaños trashumantes de la Mesta (asociación medieval de ganaderos) desde Castilla y León a Extremadura y viceversa. Leer el capítulo “Diferentes vías que pasaron y pasan por Valdelageve”

La Puente Caía. Actual-mente están solamen-te los macho-nes situados en una curva del río: por él pasaba la Cañada Real, también denominado Camino Real del Monte.

La Fábrica de la Luz. Se constru-yó en 1948 más moderna y de mayor potencia que la primera, que databa de 1926. Está situada en el lugar llamado Corralones. Sirvió en su momento para dar luz a 16 pueblos, pero actualmente la energía es recogida por una multinacional. Merece la pena acercarse al lugar, pues es muy bonito, accidentado y pintoresco. También puede verse de qué forma está construida. Podéis hallar más información en el capítulo “La fábrica de la luz”.

El Cancha-lazo. Se trata de una pared empina-da a la derecha de la Gesa. Habitan búhos, cuervos, diferen-tes clases de águilas, al igual que de buitres; a éstos los vemos volar en las cercanías del pueblo muy bajos y algunas veces pasan casi a nuestro lado, sólo que, cuando se percatan, elegantemente comienzan a alejarse.

La Gesa. Su nombre es la Dehesa Boyal, pues fue el monte comunal donde el pueblo llevaba sus bueyes a pastar. Luego fue abandonada y se cubrió de jaras. Actualmente una parte ha sido preparada para sembrar cereales. Es una cumbre redondeada, con una altitud de 792 metros.

Regato de Valtra-vieso. Aparece citado en El libro de la monte-ría, escrito durante  el reinado de Alfonso XI, nacido en Salamanca y que ocupó el trono de Castilla y León entre 1311 y 1348. El libro describe en uno de sus capítulos cómo se preparaban las cacerías por la zona, observándose la bajada de los osos por el regato, el cruce del río Cuerpo de Hombre y la subida hacia la eras, para finalmente ser abatidos. Los que se libraban, huían hacia el sur, la actual provincia de Cáceres. Ver el capítulo “Coto real de caza”.

(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)

martes, 29 de mayo de 2018

Valdelageve y sus alrededores (2)


Arroyo Valtrujillo. Zona cubierta de una hermosísima vegetación, como robles, castaños, eucaliptos, pinos, enebros, fresnos, alisos, azajoces o madroños.

La Campa-nita. Es una montaña muy bonita y lo más parecido a una pequeña campa-na; de ahí su nombre; siempre está cubierta de verde por los árboles, entre los que se encuentran los autóctonos de la zona y los pinos. En la parte baja, desde el siglo XIV hasta los comienzos del  XX, existió una ermita llamada del Servón. Para más información os invito que entréis en los capítulos de “La ermita del Servón”, “La ermita del Servón (continuación)” y “La romería del Servón”.

El Pardo, con pi-nos, encinas, alcorno-ques, jaras y madro-ños.

El Arca. Es de difícil acceso y tiene peor su tránsito, dado lo agreste del terreno. La altitud oscila entre los 420 y los 1.041 m. A pesar de sus peculiaridades, es muy rica en vegetación, entre la que predominan, en la parte baja, las jaras, los brezos, las retamas y las madroñeras; en las partes altas se encuentran los alcornoques, las encinas, los castaños o los enebros. Es muy importante también la fauna; entre las aves puede verse el buitre negro, el buitre leonado, el alimoche, el águila imperial ibérica, el búho, etc.; y entre los mamíferos, el lince, la jineta, el tejón, el gato montés, el ciervo, el corzo, el venado, etc.

Arroyos de los Galle-gos. Zona muy desaten-dida, pero cubierta de brezos, madro-ños, jaras y pinos.

El Rebollar, con sus flamantes huertos y muchos olivos; también se dejan ver los robles.

Vega de las Ánimas, donde predominan alisos, fresnos, enebros y encinas.

Valle del Servón. Un lugar encanta-dor, amén de la buena tempera-tura de la que se benefi-cian las huertas, que no dejan de estar regadas por el arroyo que da nombre al valle: arroyo del Servón, también llamado el Riato; está rodeado de una hermosa vegetación de alisos, azajoces, enebros y encinas.  

El Portazgo. Pasado Valdelageve, en dirección Extremadura, a unos cientos de metros existió una casa-posada que tenía un casero que se encargaba de cobrar un tributo, llamado portazgo, a todos los rebaños que hacían la trashumancia de Castilla y León a Extremadura y viceversa; de ello se beneficiaba el Marquesado de Montemayor y posiblemente la Iglesia. Para mayor información, leer el capítulo “Diferentes vías que pasaron y pasan por Valdelageve.


(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)

lunes, 28 de mayo de 2018

Valdelageve y sus alrededores (1)

Como tengo un dibujo tan bonito y a la vez explicativo, he creído conveniente mostrároslo para que veáis in situ el pueblo y sus alrededores, casi todos ellos poseedores de una gran belleza debido a su vegetación y fauna. A la vez aprovecho este momento para hacer un  resumen de los lugares más representativos e invitaros a entrar en los capítulos del cuaderno que os voy reseñando.

Siempre me he expresado diciendo que Valdelageve es un paraíso terrenal y por eso quiero mostraros que, efectivamente, lo es y está.

Para que podáis ver y entender mejor el mapa, voy a hacer un barrido comenzando por la izquierda, deteniéndome en los puntos que considero más importantes.

Valde-palacio. Lugar inmensa-mente bello y oloroso; está siempre verde; sus especies arbóreas principa-les son la encina, el alcornoque, el castaño, el roble, el pino, etc.; un poco más abajo vemos plantas arbustivas, como el madroño, la jara y el brezo; y ya en la parte baja, algunas huertas.  

La Vega del Puerto. Zona muy cálida, la cual se encuentra rodeada de robles, pinos, castaños, enebros, madroñeras, brezos y jaras.

El Lomo de los Caba-llos. Se denomi-na así porque se puede ver perfecta-mente tanto el lomo como la grupa del animal; también es muy importante porque fue en otro tiempo la principal zona donde se encontraba el hábitat de los lobos, es decir, las loberas. Sobre esto, para más información, leer el artículo “Los Lobos”.

Detrás divisa-mos perfecta-mente La Buitre-ra, un risco o acantila-do de grandes dimen-siones en el que anidan y se resguardan los buitres, entre otras aves carroñeras; también existe el llamado comedero de buitres, lugar donde llevan los animales muertos para dar buena cuenta de ellos. Para adentrarse en este y siguientes lugares, leer el artículo “El paisaje y varios parajes maravillosos.

La Cumbre Calama. Tiene 1.041 m. de altura y allí se encuen-tra El Tío Sentao, que es un machón de piedras hecho por un pastor a principio del siglo pasado; le servía, no sólo para descansar, sino también para vigilar a las cabras y deleitarse de las maravillosas vistas que desde allí se observan. Al lado hay una estación de vigilancia presta a detectar cualquier fuego que pueda haber por la zona, tanto de la provincia de Cáceres como de Salamanca.

El Pico Robledo. Lo más importante son las impresionantes vistas que se divisan desde el alto, que alcanza los 898 m.  


(Imágenes: el dibujo es de Jaime Planagumá; y las fotografías, de Juan-Miguel Montero Barrado)

domingo, 15 de abril de 2018

Breve biografía de Otto Kraus y Josefa Trujillo

Otto Kraus Polensky, hijo de Alfred y Henriette Kraus, nació en Viena hacia 1878 junto a un hermano gemelo, llamado Maximilien, que murió de viruela a los 9 años. Otto creció como hijo único. Dada su forma de ser y la buena formación recibida, a los 17 años comenzó a viajar. Primero fue a Francia y luego, a Inglaterra. Su idea era aprender idiomas. En el Reino Unido entró en contacto con el mundo de los negocios de ultramar y le faltó tiempo para acompañar a África a una de sus nuevas amistades y probar fortuna. En un principio trabajó en Camerún y en Nigeria para una compañía germano-inglesa de importación y exportación. Más tarde marchó a Dakar, en Senegal,  donde se independizó, fundando su propia empresa y llegando a tener también su hacienda. Allí permaneció hasta que estalló la Primera Guerra Mundial.

Parte de esta información me fue facilitada por su hijo Francisco, quien llegó a decirme, casi con seguridad, que su padre llegó a Las Palmas de Gran Canaria a primeros de agosto de 1914, procedente de la capital senegalesa, huyendo de los franceses  en el momento en que estalló la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, en el periódico Canarias, con fecha 8 de marzo de 2003, escribió Javier Darriba: “la primera referencia de Otto Kraus en las Islas es del 30 de abril de 1917”.

Yo personalmente estoy más de acuerdo con la fecha que me facilitó su hijo Francisco. ¿Por qué? Muy sencillo: una vez que Otto Kraus consideró que el Imperio Austriaco iba a verse implicado en el conflicto, dada la alianza que mantenía con el Imperio Alemán, decidió dejar todo lo que poseía, embarcando y arribando en Las Palmas,  lugar cercano y, a la vez, perteneciente a un país neutral, el status que tuvo España durante ese conflicto. Por lo demás, la edad de Otto Kraus en ese momento era de 40 años, como se dice en el citado periódico.

Una vez en la isla grancanaria, y a través de un periódico, encontró trabajo en el Consulado alemán. Posteriormente, dadas sus ganas de trabajar, fue el impulsor de los diarios El Día y El Liberal. Tiempo después, a raíz de la amistad que hizo con don Gustavo J. Navarro Nieto, fundador del periódico La Provincia, entró a formar parte de este rotativo. Esta etapa fue más larga, entrando como socio  y como gerente-administrador, ayudando a reflotar el periódico, que estaba atravesando un mal momento.

Queda pendiente decir que al terminar la guerra solicitó a las autoridades francesas la devolución de todas las posesiones que él tenía en Dakar, pero éstas prefirieron mandarle dinero.

Además de lo antes dicho, tengo referencias, más que seguras, de que Otto Kraus fue propietario de una imprenta. Finalmente se retiró a los 75 años. 

Ahora se preguntarán: ¿cómo conoció a la que llegó a ser su esposa y la madre de sus hijos? Otto vivía en la Casa de Colón, inmueble en el que también se encontraba el periódico La Provincia. Enfrente lo hacía una familia canaria compuesta por Francisco Trujillo, su esposa Dolores Mújica y 6 hijas. Otto hizo muy buena amistad con Francisco, el cabeza de familia, lo que, pasados unos años, le llevó a enamorase de la hija pequeña, una hermosa joven canaria de ojos azules llamada Josefa Trujillo Mújica. Con ella contrajo matrimonio el día 7 de diciembre de 1925 en la parroquia matriz de San Agustín. Él tenía 47 años y ella, veintipocos.

Del matrimonio nacieron Francisco, Alfredo, Enriqueta Lola -que lamentablemente falleció a los tres años y medio- y Carmen. Josefa, además de ser una gran madre en todos los aspectos -no hay más que ver cómo han salido todos-, tenía una dulzura muy especial para el trato y la educación. Era una mujer muy alegre y también le gustaba cantar. Tenía una gran voz de soprano ligera, que no llegó a explotar.

Otto fue también un gran padre y muy liberal para aquella época. Con la ayuda de su querida esposa, afable y dulce, como dije antes, lograron formar una familia muy unida y preparada. Le gustaba también la música, tocaba el piano de oído bastante bien y tenía una voz de barítono, de poca potencia, pero muy bonita. Donotto, como cariñosamente le llamaban en la Isla, falleció el mes de enero de 1959 a la edad de 81 años.

Salamanca, 1 de junio de 2003


(Fotografías: Canarias7)

martes, 3 de abril de 2018

Don Luis Sánchez-Granjel

Escribir unas líneas sobre don Luis Sánchez-Granjel es sencillí-
simo. Es incluso un placer para mí y seguro que para todas las personas que lo conocemos.  
Entrar en el Departamento Historia de la Medicina de la Universidad de Salamanca era un placer para mí. Las máquinas siempre estaban sonando y las mesas, por costumbre, estaban llenas de libros, legajos y folios. Pero eso no era óbice  para que cuando yo entraba, fuera atendido sinceramente como en ninguna otra Cátedra.

Parece que ahora mismo lo estoy viendo, allá por el año 1968, en su Departamento junto a su gran discípulo –creo que el mejor que ha tenido a lo largo de su dilatada vida académica-, el doctor Juan Riera Palmero, hoy catedrático de la misma asignatura en la Universidad de Valladolid y posiblemente en estos momentos el número uno de España. Vaya esto también en honor de la persona que en su momento fue y que actualmente sigue siendo su gran Maestro. Y si no, observen la dilatada obra de don Juan, que parece que nunca va terminar.

Luego se trasladó todo el Departamento al Colegio Mayor Arzobispo Fonseca. Allí lo denominábamos Seminario de Historia de la Medicina. Y la verdad es que parecía otra cosa: gozaba de mayor espacio, y todos los libros y obras pudieron ordenarse y colocarse en sus vitrinas. Como era don Luis persona ordenada, conocedora de  lo que poseía y dónde tenía todos sus libros, jamás dudaba, iba directo a la estantería donde se encontraba cada tomo o el libro que precisaba.

Don Luis era feliz. Trabajaba muy a gusto y sus colecciones, monografías y trabajos seguían publicándose, no sin olvidarse de dirigir tesis, tesinas, etc. Era y continúa siendo un hombre incansable.

Las ganas de trabajar jamás le faltaron. Era muy constante y tenaz. Yo, cada vez que abría la puerta para entrar en el Departamento, siempre oía la musiquilla del teclear de su máquina de escribir y, a pesar de los años transcurridos, sigo sintiéndola y escuchándola. Cada vez que necesité hablar con él, era recibido de inmediato y yo, de la misma manera, le correspondía a sus peticiones.

Nunca en la vida le vi una mala cara, un mal gesto, un mal detalle. Era tan correcto. A pesar de las diferencias, se hacía querer, como ahora mismo sigue haciéndolo. Creo que en el aspecto de trabajo y trato personal  hemos formado un buen binomio.

Para terminar, considero que don Luis ha sido y es un caballero, gran persona, sencilla, respetuosa, muy exigente en su trabajo. Sabe conjugar muy bien los tiempos que corresponden a cada momento, de ahí que lo veamos siempre tan sonriente, conversando con sus amigos e intentando ayudar cuando es menester. Pero tiene otra cualidad muy especial y es que es una persona muy humana. No en balde ha sido y es un gran humanista, y también un verdadero ejemplo a seguir.


Salamanca, 12 de agosto de 2001, festividad de la Asunción.



Post data

Don Luis Sánchez-Granjel falleció en Salamanca el día 29 de noviembre de 2014, a los 94 años de edad.

(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado; la primera, junto a mi esposa Chony y don Luis Sánchez-Granjel; y la segunda, también junto a mi esposa y en esta ocasión con don Juan Riera Palmero).