Nació en el seno de una familia humilde campesina en Salvatierra de Tormes, provincia de Salamanca, el día 7 de octubre de 1879 y falleció en Salamanca el 13 de febrero de 1955.
Cursó sus estudios primarios en el pueblo y a los 15 años se desplazó a Salamanca para estudiar el bachillerato, que lo hizo como becario. Terminado éste, comenzó sus estudios de Medicina, que concluyó en 1900. Durante estos años ya se le notaba que por su sangre corría mucha humanidad y por eso sus ideas políticas se fueron dirigiendo en especial al pueblo necesitado y sobre todo al mundo rural.
Terminada la carrera fundó una asociación estudiantil, a la cual llamó “Unión Escolar”, y un año después salió a la luz el primer número. Siguiendo su línea y sus ideas escribió también su primer libro, que tituló Plumazos, en el que aprovechó para narrar el ambiente rural, que es verdaderamente lo que a él más le preocupaba. Transcurridos dos años, dio una conferencia, ya de carácter político, en la Asociación Republicana Salmantina. Como podéis ver, nuestro gran amigo va entrando paulatinamente en la política. Eso no quita para que continuase sus estudios, porque en el año 1904 se trasladó a Madrid para hacer el curso de doctorado. Para poder sobrevivir consiguió una plaza de médico de la Beneficencia Municipal.
En 1906 comenzó a trabajar como profesional de la medicina en Guijo de Ávila y Guijuelo, pueblos distanciados por 2 kilómetros aproximadamente. Ese mismo año abrió lo que fue su primera y última clínica, que pasaría luego a ser dirigida por el doctor Enrique Villalobos Mier, digno hijo de su padre y que es algo que puedo asegurarlo, dada la amistad que me unía a él. Pero lo más importante es que en esa clínica instalará el aparato de rayos X, que casualmente fue el tercero que se montó en España después de otros dos en Madrid y Barcelona.
Pero eso no es óbice para que continuase ya más dedicado a la política. En el año 1909 comenzó en el Ayuntamiento de Salamanca, donde fue elegido como concejal independiente, permaneciendo hasta 1913. Un año antes de dejar el Ayuntamiento se constituyó el Partido Reformista en Salamanca, en cuyas filas se integró. A partir de este año fue cuando la vida de don Filiberto se vio reconocida en Salamanca y en toda la nación. También en ese mismo año se presentó como candidato a la Diputación Provincial, siendo elegido por gran mayoría de votos, por lo que su acción política se extendió por toda la provincia.
En 1918 fue elegido diputado a Cortes por Béjar. Su popularidad fue tan grande, que es cuando comenzó a gestionar innumerables obras en todos los pueblos del distrito: escuelas, carreteras, caminos vecinales, conducciones de aguas, reconstrucción de las iglesias, etc. Todos debemos conocer que, a pesar de sus ideas republicanas, era médico de muchos de los conventos de monjas religiosas de la ciudad, pues su humanidad la llevaba dentro de su interior, al igual que la religión católica.
También fue diputado por el distrito de Salamanca durante varios años y con la proclamación de la II República volvió a ser reelegido en las elecciones de 1931 y 1933 por el Partido Liberal Demócrata, y en las de 1936, por el Partido Centrista.
Mientras tanto, entre el 28 de abril y 29 de diciembre de 1934 fue ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. Por no estar de acuerdo con la política del gobierno acabó presentando su dimisión. 1935 fue el año en que se celebró el juicio de los implicados de la revolución de octubre de 1934. El doctor Villalobos se mostró contrario a las penas de muerte y por esta causa se alejó políticamente de don Melquíades Álvarez y de su partido (1).
Tras la crisis política de diciembre Gabriel Maura había proyectado un gobierno en el que don Filiberto Villalobos debía asumir la cartera de Agricultura, pero el 29 de diciembre acabó siendo nombrado ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes por Manuel Portela Valladares.
El 16 de febrero de 1936 triunfó el Frente Popular en las elecciones generales, cesando el gobierno de Portela Valladares y con él, el doctor Villalobos, que, no obstante, había sido elegido diputado. Durante este periodo asistió a la inauguración de la nueva escuela de nuestro pueblo, Valdelageve, en el que siempre fue muy querido y apreciado. No en vano nos había visitado con anterioridad en varias ocasiones.
Tras el fracaso del golpe militar del 17 de julio comenzó la Guerra Civil (1936-1939). El 10 de agosto el doctor fue detenido y recluido en la cárcel de Salamanca. Se le impuso una cuantiosa multa y se le incautaron bienes. El 20 de julio de 1938 fue puesto en libertad.
Su hijo, el doctor don Enrique Villalobos, nos ha recordado lo siguiente: “A pesar de sus diferentes posturas políticas, también llega a trabar amistad con Franco, quien, devolviéndole el favor, facilitó la salida de la cárcel”.
Antonio Rodríguez de las Heras ha escrito que uno de los últimos llamamientos del doctor Filiberto Villalobos fue el que sigue: “La paz huyó de España, sólo podrá volver a ella con las obras amorosas, maternales y humanas. ¡Que los niños pobres sean los mensajeros de la paz de España!” (2).
A partir de ese momento se retiró de la política para dedicarse solamente a su labor social, su trabajo en el mundo de la medicina y a su familia. Bien es cierto que durante toda su vida fue un hombre muy bondadoso, humano, conciliador y podemos seguir y seguir poniéndole todos los adjetivos que creamos conveniente, porque este grandísimo hombre fue merecedor de todo.
Y como resumen de todo lo que he escrito, nada mejor que el comentario que hace el profesor José María Hernández (3) sobre nuestro querido doctor: “Villalobos resulta para Bello una especie de sacerdote laico, empeñado en redimir a los pobres por la vía de la escuela y el reparto de las tierras. En ello empeña su profesión de médico, lo hizo en su condición de líder estudiantil, lo practica de por vida como político republicano radical reformista en todas las escalas del poder, y eso mismo le conducirá a la cárcel a la llegada de la guerra y del franquismo, y al posterior ostracismo político, que no social, hasta su muerte en 1955”.
Notas
(1) Melquíades Álvarez había fundado el Partido Reformista en 1912 y fue presidente del Congreso entre 1922 y 1923. Durante la República su partido pasó a denominarse Liberal Demócrata, que en 1933 apoyó a la coalición de derechas.
(2) Antonio Rodríguez de las Heras: Filiberto Villalobos. Su obra social y política (1900-1936). Salamanca, Europa Artes Gráficas, 2005.
(3) Luis Bello: Viaje por las escuela de Salamanca. Valladolid, Castilla Ediciones, 2008. El comentario de José María Hernández pertenece a la Introducción que ha hecho de la obra Viaje por las Escuelas de España, publicada en 1936 y cuyo autor fue el periodista y político salmantino del primer tercio del siglo XX (1972-1935).
(Además de los libros de Antonio Rodríguez de las Heras y Luis Bello antes citados, parte de la información la he obtenido también de la enciclopedia electrónica Wikipedia).
Hola. Somos casi paisanos, compartimos el interés por la historia, hemos creado un blog y mira por donde iba a preparar un artículo sobre Filiberto Villalobos y me tropiezo con el tuyo.
ResponderEliminarNo me repetiré y crearé un enlace a tu blog.
Te invito a visitar mi web (http://webs.ono.com/msanch3) y mi blog (http://demontemayor.wordpress.com).
Espero que te guste y pongas un enlace al mío.
Tengo tu libro sobre Valdelageve, soy de Baños y he escrito uno sobre el concejo de Montemayor, que quizá conozcas. En mi página puedes ver índices y parte de su contenido.
Un saludo.
Miguel Sánchez González