lunes, 12 de junio de 2017

Viaje de un gevato por Tierra Santa y Jordania (3)

8 de mayo. Visita de la iglesia franciscana de Betfagé, en la falda del Monte de los Olivos, y a varias tumbas excavadas en las rocas. De allí subimos al Monasterio del Pater Noster, sito en lo más alto del Monte y construido en el lugar que Jesús enseñó a los discípulos la oración del Señor. Todas sus paredes, tanto exteriores como interiores, están ambientadas con azulejos del Padre Nuestro en 116  idiomas. 


Algo más abajo, exactamente en el torrente Cedrón y bajo tierra, se encuentra la cripta de la iglesia greco-ortodoxa de  la Asunción, donde se encuentra el Sepulcro de María; para acceder hay que bajar por una empinada escalera. 


Al lado está la Gruta de Getsemaní, en la que el Maestro se reunía con los apóstoles. Muy cerca, el Huerto de Getsemaní o de los Olivos, donde tuvo lugar el prendimiento del Señor; en él podemos observar, entre otros, olivos milenarios y uno en especial de más de 2000 años. 


Junto a este huerto está la basílica de la Agonía, en la que delante del altar se encuentra la roca venerable, que, según la tradición, fue donde Jesús oró la noche de su arresto después de celebrar la Última Cena. 


Desde diferentes puntos del Monte pudimos contemplar hermosas vistas de Jerusalén. 


Por la tarde visitamos el Monte Sión Cristiano. En el barrio armenio, a San Pedro “in Gallicantu”, donde se conmemora su arrepentimiento. También estuvimos en la tumba del rey David; en el Cenáculo donde Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos; y en la Abadía de la Dormición de María.

Luego entramos en la Ciudad Vieja y recorrimos por el restaurado Barrio Judío, visitando el antiguo Cardo Máximo romano, el Muro de las Lamentaciones y una sinagoga sita junto al muro oeste.


9 de mayo. Visita de la Ciudad Vieja de Jerusalén, no sin antes pasar  por un control judío, y a la Explanada de las Mezquitas, donde vimos  la de Al-Aqsa y la de la Roca, llamada así porque en su interior se halla la roca sobre la que Abraham iba a ofrecer en sacrificio a su hijo Isaac. 


De ahí fuimos a contemplar la iglesia de Santa Ana, lugar donde nació la Virgen María. 


En las inmediaciones, junto a sus jardines, están las excavaciones arqueológicas de la Piscina de Bethesda o Probática, donde Jesús hizo su primer milagro en Jerusalén curando a un paralítico. Visitamos también la Iglesia de la Flagelación, lugar que recuerda lo que le ocurrió al Señor, y vimos una proyección sobre Jerusalén en tiempos de Cristo.

Luego hicimos un recorrido siguiendo los pasos de Jesús por la Vía Dolorosa hasta la Basílica del Santo Sepulcro.


En la entrada nos encontramos con la Piedra de la Unción, donde dice la tradición que el cuerpo de Jesús fue preparado después de ser bajado de la cruz para ser enterrado. 


Visitamos el Santo Sepulcro, la tumba del Señor, que se encuentra en el centro de la gran rotonda; la primera cámara recibe el nombre de Capilla del Ángel, donde el Ángel del Señor dio a las mujeres la gran noticia: “Él ha resucitado”. En el centro de la cámara hay un pedestal que muestra un fragmento de la piedra redonda que cerraba el sepulcro. Una angosta puerta conduce a la cámara sepulcral, donde una losa oculta los restos del banco donde fue depositado el cuerpo de Jesús. En el frontal hay un paño con una frase en griego que dice: “Resurrección de Cristo”. 


De allí fuimos a oír misa en una capilla que, dadas sus característica, creía que estábamos en una catacumba. 

Y finalizada ésta, subimos al Calvario o Gólgota. Vimos primero la roca abierta y resquebrajada, que muestra cómo la tierra se abrió al expirar Jesús; luego, el altar central; debajo de éste está la roca del Calvario, indicada por un disco de plata donde estuvo clavada la cruz; y allí, en el profundo hueco, metimos la mano.


Bajamos después a la capilla de Adán, que se encuentra justo debajo del Calvario y  continuamos viendo la gran roca con su hendidura.


Después, almuerzo y Vía Crucis, siguiendo en parte el camino que por la mañana habíamos hecho. El resto de la tarde, libre.

(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)

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