En el paisaje que rodea a Valdelageve se aprecian montañas de mediana altitud y relativamente abruptas. Es una salvedad la cumbre redondeada y aplanada de La Gesa, como hoy la llamamos, aunque hace bastantes años le daban el nombre de la Dehesa Boyal, porque era el monte comunal donde la gente del pueblo llevaba a pastar a los bueyes. El nombre que figura en los mapas es el de Dehesa, como ocurre con el del Servicio Cartográfico del Ejército, que le da una altitud de 792 metros. El encadenamiento de estas montañas produce valles de una enorme belleza, con inviernos relativamente suaves, de ahí que podamos disfrutar de un microclima dentro de la variedad mediterránea. Abundan los materiales de pizarras y cuarcitas, lo que permite incluir estos montes dentro del conjunto de la Sierra de Francia.
En siglos anteriores el terreno de Valdelageve estaba poblado de una densa vegetación que permitía la existencia de abundante caza. Con el paso del tiempo se produjo una fuerte deforestación que se ha tratado de frenar en las últimas décadas mediante una repoblación forestal basada, desgraciada y casi exclusivamente, en el pino. Entre la vegetación actual se pueden ver todavía especies mediterráneas como el madroño, el brezo, la jara, las higueras e incluso especies de zonas más cálidas y secas como la chumbera. Hay además especies atlánticas, como el castaño, el roble, los helechos y otras.
Los cultivos presentan también una gran diversidad: olivos, viñedos y árboles frutales. En los fondos de los valles por donde corre el agua o en los bancales de las laderas donde haya una fuente también se producen diversos productos hortícolas. Estos bancales o terrazas son uno de los elementos más característicos del paisaje de Valdelageve, que ha sido modificado por el hombre.
Hay varios parajes dignos de tener en consideración por su belleza natural, entre los que cabe mencionar los que voy a describir a continuación.
La Buitrera.
Es un paredón o barranco de grandes dimensiones que se divisa desde cualquier parte del pueblo. Llegar a él es un tanto aventurado. Primero, por la falta de senderos; y segundo, por la cantidad de arboleda y vegetación que en sus alrededores se encuentra. Esta zona esta declarada Refugio Nacional de Caza y, lo comento, no sea que alguna de las personas que lean este corto escrito tengan una idea distinta. Toda la zona está vigilada por guardas jurados y la Guardia Civil.
El mejor lugar para llegar allí y poder observarla es tomar la pista que sale desde Lagunilla, pero, atención, no todos los coches pueden llegar, dado lo agreste de camino. En bastantes ocasiones los he visto aparcados a los lados del camino.
No cabe duda que el trayecto es espectacular. Si miramos a la izquierda, observamos la provincia de Cáceres, y si lo hacemos a la derecha, la de Salamanca. En el terreno de nuestro pueblo, que es lo que ahora nos interesa, disfrutamos de diferentes tipos de arboleda y vegetación. También podemos sorprendernos con la aparición de algún venado e incluso alguna pareja de ciervos que, al estar en celo, puedo pensar que estarán cortejándose o en una actitud amorosa... De todas las maneras resultaba muy entrañable verlos en ese estado tan natural y lleno de sensibilidad.
Pasamos por el llamado Comedero de Buitres, lugar donde se llevan a todos los animales muertos para que den buena cuenta de ellos. Hay diferentes clases de buitres, aves carroñeras, que en la zona de la Buitrera y el Arca tienen sus nidos. También hay otras aves, como águilas, milanos búhos, etc.
Un poco más adelante dejamos el camino y nos adentramos entre la maleza para poder observar, más cercano, el paredón de rocas y peñas donde se encuentra la Buitrera. Aquí están estas aves en su terreno haciendo sus característicos vuelos en círculo. Para ello hay que ir provistos de unos buenos prismáticos, no sólo para deleitarse de lo mencionado, sino de nuevos encantos que pudiesen descubrirse, como las hermosas y atractivas vistas del Lomo de los Caballos, el Valle Manzano, Valdepalacio, la Cabrera, etc. Yo les aconsejo que lo mejor es ir acompañado de alguna persona que conozca muy bien el lugar y les sirva de guía.
El camino continúa hasta llegar al punto más alto, Cumbre Calama, de 1041 m. Allí está situada una estación de vigilancia y, muy cerca de ella, un gran machón hecho de piedras por un pastor hace muchos años, cuyo nombre seguimos respetándolo: Tío Sentao. Le servía para vigilar el ganado y descansar, y también para recrearse de las maravillosas vistas. Por ello, insisto, es todavía un punto privilegiado, no sólo para los que efectúan su trabajo durante las 24 horas del día, sino para todas aquellas personas que les guste andar y disfrutar de la naturaleza, de los asombrosos y majestuosos horizontes durante el día, el relucir de las aguas del pantano Gabriel y Galán a la puesta del sol, así como la luminosidad que destellan aproximadamente esos 70 pueblos localizados en la noche.
El Arca.
Está dentro del entorno anteriormente citado. Sólo se puede llegar desde nuestro pueblo hasta las cercanías a través de las pistas, mientras que el resto hay que hacerlo a pie y no siempre se puede.
La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-León nos aclara en su ficha técnica que continúa siendo, como La Buitrera, Refugio Nacional de Caza. Ambas zonas tienen una superficie de 2.200 ha. y su altitud oscila entre los 420 y 1.041 m. En su interior nacen arroyos como el Martinebrón, el Servón, el Robledo, etc. El terreno es muy agreste, dominan las pizarras y las calizas. En el monte bajo abundan las jaras, brezos y retamas, al igual que alguna repoblación de pinos y eucaliptos. Las partes altas están cubiertas de encinas, alcornoques, madroños, castaños, robles, enebros, etc.
Entre los mamíferos puedo citar el lince, la jineta, el tejón, el ciervo, el corzo, el venado, el gato montés, el jabalí, el zorro, etc. Para las aves cabe destacar un área de gran importancia en la que puede verse el buitre negro (una de las colonias más reproductoras de España), el buitre leonado, el alimoche, el águila imperial ibérica, el águila culebrera, el ratonero común, el búho real, etc. También merece mención especial la existencia en nuestra zona de la cigüeña negra, especie poco visible y en grave peligro de extinción.
El valle del Servón.
Está más cercano al pueblo. El nombre que recibe el río es el del Riato. Hasta hace pocos años hemos podido ver restos de la antigua ermita y del poblado que los moros tuvieron en las cercanías. Hoy toda aquella zona, excepto algunas tierras y huertos, está repoblada de especies como el pino mediterráneo y el eucalipto.
Yo, sin tener un gran conocimiento sobre estas dos clases de árboles, he visto cómo la fuente que había al lado de la ermita y de la que brotaba abundante agua se ha secado. Quiero decir, a mi modesto entender, que este tipo de especies es muy perjudicial, pues absorbe todo el agua que pueda estar en sus cercanías y de ahí que muchas de las fuentes que había por la sierra se hayan extinguido. Entonces, mi sencilla pregunta es: ¿por qué estos sesudos pensadores, intelectuales y conocedores del tema no se decidieron a plantar árboles autóctonos? La sierra estaría mucho más bonita, más atractiva, conservaría todos los recursos que en su momento tuvo, la fauna animal tendría pastos, agua, y, seguramente, no habría tantos incendios como hay en la actualidad, muchos de ellos provocados por… ¿qué quieren que les diga, si ustedes saben muy bien el porqué? Tendríamos una vegetación más rica, no solamente en la zona de la que estoy escribiendo y a mí me interesa, sino en toda España. Lo siento, pero una vez plasmado este punto, no estoy en condiciones de seguir extendiéndome más en la exposición sobre el Valle del Servón.
Los Riscos.
Viniendo de Lagunilla y justo antes de entrar en Valdelageve miramos a la derecha y de esta manera se empieza a observar una enorme hondonada por donde pasa el río Cuerpo de Hombre. Llama la atención su zigzaguear entre grandes cortados y peñascales, así como el color del agua, siempre algo oscura, tomado a su paso por Béjar, una vez utilizada por las fábricas textiles.
Ahora nuestra mirada va desplazándose hacia arriba y la mente continúa deleitándose al ver esa alta y empinada ladera llamada Los Riscos, terreno también abrupto y descarnado, cubierto de matorrales, espinos, arbustos tantas veces mencionados y algunos fresnos. También se pueden observar algunas sendas marcadas por el paso de animales.
La ladera, por lo ya apuntado con anterioridad, es un lugar muy propicio para la existencia de tejones, de ahí que haya bastantes y profundas cuevas, llamadas tejoneras. Estos animales pesan de 10 a 25 kilos, sus movimientos son muy rápidos y prefieren lugares que sean poco frecuentados y que estén al lado del curso de los ríos, donde les gusta bañarse. Hacia el anochecer salen en busca de comida, mamíferos de diferentes tamaños y hasta reptiles. También comen frutos, tubérculos, raíces… Su carne es muy sabrosa y su piel tiene diversos usos. Los pelos más largos se utilizan para hacer pinceles, brochas…
Risco de los Polluelos.
Este es uno de los lugares donde su belleza natural sobrepasa los límites. Se encuentra en la margen derecha de río Cuerpo de Hombre. Mi información llega hasta aquí y ya es bastante, ¿verdad, mis queridos lectores? En él se encuentran algunas aves muy importantes, como el búho real o el buitre leonado, aunque merece especial mención la cigüeña negra, hoy día casi en extinción. Por eso mis datos son más breves de lo que a mí me gustaría.
El Canchalazo.
Como el mismo nombre indica, es una pared situada a la derecha de La Gesa. Se encuentra bien resguardado y rodeado de maleza, de ahí que habiten búhos, cuervos, diferentes clases de águilas y buitres... A éstos los vemos volar a gran altura y en sus vuelos bajos, pasando a veces casi a nuestro lado. Bien es cierto que una vez que nos han descubierto, sus círculos se van abriendo lentamente hasta alejarse. Un lugar muy común para recrearse de estas aves es situarse en la zona del Ventorro, que es el barrio alto del pueblo.
Epílogo: una fauna muy variada.
Como se ha podido leer a lo largo de este escrito, la fauna de Valdelageve es muy variada. Aparte de las especies ya mencionadas, tengo que sacar a la luz otras especies más para enriquecer un poco más este capítulo. La información la he recibido de mi amigo y paisano Celedonio Matas Martín.
Mamíferos: garduñas, turones, comadrejas, nutrias, tejones, jinetas, zorros, erizos, liebres, conejos…
Reptiles: víboras, culebras bastardas, lagartos, lagartijas, salamanquesas…
Aves: azores, milanos, gavilanes, grullas, halcones, garzas, cigüeñas, cigüeñas negras, búhos reales, codornices, mirlos, golondrinas, vencejos, cuervos, urracas, estorninos, gorriones, grajillas, grajos, palomas, palomas torcaces, perdices, perdices rojas, tórtolas…
Peces: barbos, bogas, carpas…
Anfibios: ranas, ranas de san Antonio, salamandras, tritones, sapos…
(Fotos: Juan-Miguel Montero Barrado)
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