Como podréis observar, mis queridos paisanos, amigos y lectores, para mí investigar sobre los orígenes y la historia de mi pueblo ha sido una tarea muy ardua de visitas a bibliotecas, a personas conocedoras de estos temas, lugares de interés, etc., por lo que espero, y no dudo, que a lo largo de este trabajo lo que vaya detallando sea del agrado de todos.
Para comenzar, entre las gentes de Valdelageve se asegura que nuestro pueblo es anterior al de Lagunilla. Esta población, llamada así por la pequeña laguna que formaba el ensanchamiento del arroyo denominado Garganta y que venía a desembocar al arroyo de la Sancha (hoy apenas perceptible), fue un atractivo lugar donde, según dicen, algunas familias, por iniciativa propia o por mandato de los reyes para extender la reconquista, se asentaron en el lugar. Por el año 1077, cuando Alfonso VI arrojaba definitivamente a los musulmanes de estos territorios y restablecía la Diócesis de Coria, incorporándola a la provincia eclesiástica de Santiago, existía la parroquia y por tanto el pueblo de Lagunilla.
Por consiguiente, continuamos preguntándonos los gevatos: ¿desde cuándo existe nuestro pueblo? Don Saturnino Jiménez Hernández, presbítero, en su libro La villa de Montemayor. Historia y documentos hace una ligera, pero importante, alusión a Valdelageve y escribe: ”en las laderas de los montes y en el Servón se encuentran restos de piedras edificadas y escorias, al igual que zonas de tierra removida y apilada, lo que demuestra que en tiempos remotos debió de existir una fragua o ferrería, donde trabajaban minerales como hierro u otros metales”. No hace muchos años los vecinos del pueblo descubrieron en el mismo lugar y cercanías pucheros y grandes tinajas de barro diseminadas.
“El topónimo de VAL-DEL-AGEVE -continúa don Saturnino- podría derivar de este trabajo y sería así VALLE DELA GEMA, igual a VALLE DE PIEDRAS PRECIOSAS”. También observando el Diccionario Geográfico Universal “Dedicado a la Reina Nuestra Señora”, (volumen X, 1834) el nombre del pueblo aparece como VAL DEL AGEVE. El Diccionario de la Lengua Española (21ª edición, 1992) dice:
“Ajebe. (Del árabe as-sabb, el alumbre) m. desusado, ahora jebe”.
“Jebe. (Del árabe sabb) m. sulfato de alúmina y potasa, alumbre”.
He continuado haciendo nuevas investigaciones y observo, según conversaciones mantenidas con personas procedentes de diferentes países árabes, cómo el nombre del pueblo podría derivarse también de los siguientes vocablos árabes:
Para comenzar, entre las gentes de Valdelageve se asegura que nuestro pueblo es anterior al de Lagunilla. Esta población, llamada así por la pequeña laguna que formaba el ensanchamiento del arroyo denominado Garganta y que venía a desembocar al arroyo de la Sancha (hoy apenas perceptible), fue un atractivo lugar donde, según dicen, algunas familias, por iniciativa propia o por mandato de los reyes para extender la reconquista, se asentaron en el lugar. Por el año 1077, cuando Alfonso VI arrojaba definitivamente a los musulmanes de estos territorios y restablecía la Diócesis de Coria, incorporándola a la provincia eclesiástica de Santiago, existía la parroquia y por tanto el pueblo de Lagunilla.
Por consiguiente, continuamos preguntándonos los gevatos: ¿desde cuándo existe nuestro pueblo? Don Saturnino Jiménez Hernández, presbítero, en su libro La villa de Montemayor. Historia y documentos hace una ligera, pero importante, alusión a Valdelageve y escribe: ”en las laderas de los montes y en el Servón se encuentran restos de piedras edificadas y escorias, al igual que zonas de tierra removida y apilada, lo que demuestra que en tiempos remotos debió de existir una fragua o ferrería, donde trabajaban minerales como hierro u otros metales”. No hace muchos años los vecinos del pueblo descubrieron en el mismo lugar y cercanías pucheros y grandes tinajas de barro diseminadas.
“El topónimo de VAL-DEL-AGEVE -continúa don Saturnino- podría derivar de este trabajo y sería así VALLE DELA GEMA, igual a VALLE DE PIEDRAS PRECIOSAS”. También observando el Diccionario Geográfico Universal “Dedicado a la Reina Nuestra Señora”, (volumen X, 1834) el nombre del pueblo aparece como VAL DEL AGEVE. El Diccionario de la Lengua Española (21ª edición, 1992) dice:
“Ajebe. (Del árabe as-sabb, el alumbre) m. desusado, ahora jebe”.
“Jebe. (Del árabe sabb) m. sulfato de alúmina y potasa, alumbre”.
He continuado haciendo nuevas investigaciones y observo, según conversaciones mantenidas con personas procedentes de diferentes países árabes, cómo el nombre del pueblo podría derivarse también de los siguientes vocablos árabes:
Por lo que de las distintas acepciones se puede decir lo siguiente:
Montañas. Gran verdad, el pueblo está rodeado precisamente de ese verdadero encanto y están cubiertas de árboles, brezos, retamas, jaras, enebros, madroños… que, todo unido al aroma que despiden, harían de él un lugar paradisiaco.
Bosques. Debió de estar cubierto de árboles autóctonos, que son los que están precisando ahora mismo no sólo nuestros alrededores, sino cada una de las comarcas españolas.
Agua. En aquellos tiempos debió de haber mucha. Incluso no hace muchos años salían buenos borbotones de los manantiales sitos en la zona del Servón, en las laderas de las montañas, etc. No así ahora, desde la deforestación y nueva repoblación de pinos y eucaliptos, grandes absorbedores de líquido.
Según don Saturnino el origen del pueblo se remontaría a unas familias ganaderas que se trasladaron con sus animales desde Villar de la Corneja (en Piedrahita, provincia de Ávila) hasta este lugar, siendo casi sus fundadores. Apunta esto porque Montemayor del Río parece ser que tuvo contactos con el señorío de Valde-Corneja y los señores de Puente Congosto.
En otras épocas ya hubo gente por estas tierras en busca de metales y a partir del siglo VIII casi seguro que se asentaría un grupo de bereberes , procedentes del norte de África (las actuales Marruecos y Argelia), de donde posiblemente venga el nombre de origen árabe de nuestro pueblo. Vivieron y convivieron con los habitantes autóctonos. De esa época nos quedan los restos del Puente del Moro, cuyos machones se encuentran sobre el río Cuerpo de Hombre cerca del límite de Colmenar de Montemayor. Más tarde, entre los siglos XII al XIV, Valdelageve estaría compuesto por dos núcleos o barrios: el barrio alto, donde se asienta el actual pueblo; y el Servón, lugar donde se construyó la ermita de Nuestra Señora del Servón. Con el paso de los tiempo estos norteafricanos o se fueron asimilando con las gentes del lugar o se fueron yendo hacia los llamados reinos de taifas (Badajoz, Sevilla, Granada, etc.).
En las cercanías de Valdelageve había otros poblados, como, por ejemplo, el de los Regatos de los Gallegos y el Pardo, que forman las laderas de la ermita donde los musulmanes se asentarían en el Valle del Servón para dedicarse a la ganadería y mayormente a la apicultura. Todavía existen corrales de colmenas en las múltiples quebradas laderas. Esto lo puede confirmar, entre otros, este dicho:
“El que estas tierras quiera habitar,
a la cabra y a la colmena
se tiene que dedicar”.
Según cuenta la tradición, dentro de la convivencia entre musulmanes y cristianos, de Valdelageve bajaba gente los domingos a celebrar la misa a la ermita del Servón, que estaba en el poblado musulmán. Hoy no podemos dar fe por de la ermita por estar totalmente derruida. Don Segundo, párroco de Lagunilla, afirma en su libro Lagunilla, monumentos e instituciones (Segovia, Alma Castellana / Imprenta Diocesana, 1958), que las romerías se hacían a nuestra Señora del Servón en el término de Sotoserrano y muy cerca de Valdelageve.
(Foto: Juan-Miguel Montero Barrado)
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