domingo, 2 de octubre de 2011

Me da mucha pena

Es cierto y me da mucha pena ver cómo de año en año se va notando la ausencia de los gevatos y acompañantes que acuden al pueblo en esta época estival. ¿Por qué? Por supuesto que no lo sé, pero con esta nota si me gustaría que sirviese para dar un toque a nuestros paisanos con la idea de que piensen que nos gustaría a todos estar más y mejor arropados y no solamente con este fin, sino con otros muy importantes, importantísimos, y es pensado que las autoridades locales, provinciales y nacionales estén mucho más pendientes de nuestro pueblo. Como ya dije en uno de mis escritos reflejados en la prensa salmantina -exactamente en el periódico EL ADELANTO del miércoles 25 de julio del 2001-, cuyo título es “¡VALDELAGEVE TAMBIEN EXISTE!”. Es más, lo voy a plasmar a continuación con el fin de que todos mis paisanos y seguidores de este cuaderno puedan enterarse no solamente de la situación en que se encuentra nuestro pueblo, sino de todos los encantos que a él le rodean incluida sus gentes.

Siguiendo el tema de las fiestas, si toda nuestra gente acudiera en mayor número, no cabe la menor duda que nuestro Ayuntamiento abriría las puertas a todos y escucharía las ideas que cada persona o cada grupo pudiese exponer. Las mejores serían seleccionadas y pasarían a engrosar las que el ayuntamiento tuviese programadas. Este trabajo debe hacerse en equipo, lo que quiere decir que con la colaboración incondicional de todo el personal residente esos días en el pueblo.

En los periódicos aparecen fotografías de los pueblos en las que se ve a las gentes rebosantes de alegría, unos con sus camisetas del mismo color, saltando al son de la gaita, dulzaina, grupo de músicos, etc. o comiéndose una hermosa paella en el merendero en un día de confraternidad; en otros, disfrutando del día del toro, etc. Hay muchas formas de pasarlo bien en comunidad y eso es lo que tenemos que volver a hacer: resucitar a nuestro pueblo, porque todas esas actividades siempre las tuvimos y bien que nos lo pasábamos. ¿Por qué no volver a retomarlas?

En la plaza del ayuntamiento tenemos un lugar idóneo para utilizarlo en algunos festejos, pero… hay que pensar que en la plaza del pozo tenemos también otra zona inmejorable para usarla en otros divertimientos. Entonces ¿qué más podemos pedir, si tenemos casi todos los ingredientes?
Pedir ánimo, mucho ánimo, a todos los gevatos y que no olviden que su pueblo, sus raíces están en nuestro querido Valdelageve y que si ponemos todos algo de nuestra parte, el pueblo se levantará de una forma en que nunca hubiésemos podido pensar. ¡Animo gevatos!, ¡aupa Valdelageve!

Ahora voy a dar un toque no solamente al Ayuntamiento, que es el que nos dirige, sino también al pueblo en general.

Pienso, y digo pienso, que la plaza del Pozo debería haber tomado desde hace algunos años otros derroteros, porque tiene de todo: está ubicada en un hermoso lugar, con una fuente extraordinaria, las vistas son majestuosas, está rodeada en parte por olores que desprenden las viñas, los árboles frutales y huertas. Si se colocan unas mesas con bancos y se plantan unos árboles para que den sombra, que es lo que verdaderamente necesita, ¿que más podemos pedir?

Llevo pensando hace años que esa plaza hay que dejarla como siempre estuvo, es decir, haciendo desaparecer, ipso facto, el corral que, si en su momento hizo su cometido, hoy día está molestando no mucho, sino muchísimo, y entre otras cosas no poder tener una plaza digna. Incluso llegué a hacer una “encuesta” en la que me molesté en hablar con la mayoría de los vecinos y en la que saqué una magnífica nota, ¡sobresaliente!, al estar todos de acuerdo.

Que conste una cosa: que sobre ese tema hay mucho que hablar y decir, pero, de verdad, este no es el momento ni tampoco viene a cuento. Pero todo llegará.


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