lunes, 6 de febrero de 2012

La calzada romana llamada Vía de la Plata (4)

La entrada en la provincia de Salamanca.

La entrada en la provincia de Salamanca la hicimos a través de la Calzada arreglada. Se camina por la izquierda de la carretera N-630, ya en el término de Puerto de Béjar, volvemos a pisar un poco de carretera, para llegar a Casa Adriano, que curiosamente el camino pasa por detrás de ella. Más adelante hay una tapia alta por donde sobresalen algunos árboles. Nos dijeron que era el Coto de Nuestra Señora del Carmen, también conocido como Jardín del Conde. Una señora un tanto arisca nos dejó pasar a unos cuantos peregrinos, pudiendo contemplar el jardín botánico con diversidad de árboles, arbustos, plantas, flores, etc. Vicente nos llevó hasta el primer miliario de la provincia de Salamanca. Se trata de una pieza un tanto extraña. Está hecha de granito y se perciben las tres partes que solían tener las columnas clásicas: la basa, muy ancha y cuadrada; el fuste cilíndrico; y un capitel con una concavidad en la parte superior que me recordó a una especie de florero, pues de vez en cuando los propietarios aprovechan para colocar flores. Según me explicó, posteriormente, Vicente Sánchez Pablos, conocedor del tema, está marcado con el número CXXXII y lo mandó colocar el emperador Constantino, que reinó en la primera mitad del siglo III. También sabemos que está situado cercano a su lugar de origen.

Unos metros más allá del Jardín del Conde, en el cruce que marca la continuación de la Calzada con la carretera de Peñacaballera, vi otro miliario. Es de nueva construcción y le han puesto también el número CXXXII. Hace unos meses ha sido trasladado y colocado dentro de la Calzada.

En el lugar que aparecieron los restos romanos de la Calzada, y sobre una pared de los nuevos puentes, se ha colocado un panel de palastro de unos 20 metros de largo, en el que se ha calado el recorrido de la Calzada, con una forma parecida a una serpiente, y en el que se describe con todo lujo de detalles el itinerario desde Mérida hasta Astorga. Debajo está inscrita la famosa frase que algunos peregrinos conocemos y el anagrama moderno de la Junta de Castilla y León para la Vía de la Plata.






VIA DE LA PLATA
ITER AB EMERITA ASTURICAM

Se puede interpretar de la siguiente manera: la V significa vía; el palo con la estrella en la parte superior, el camino y las estrellas que configuran la constelación del Camino de Santiago, Vía Láctea o cruce de caminos.

Esto es algo que tenemos que agradecer a algunas instituciones, pero sobre todo al incansable Vicente Sánchez Pablos, Presidente Honorífico de nuestra asociación “ACASAN-Vía de la Plata” (8). Sirva esto como ejemplo para que instituciones y asociaciones de otras provincias trabajen denodadamente para que el patrimonio cultural sea respetado. Pese a que se han hecho daños irreparables por personas y empresas sin escrúpulos, de cualquiera de las maneras todavía hay tiempo para salvar algunos tramos en diferentes provincias.

Siguiendo nuestra marcha, iniciamos el descenso, que es muy conocido por los peregrinos que formábamos el grupo. Pero he aquí que me llevé una nueva sorpresa al descubrir otro miliario de nueva construcción con el número CXXXIII. Continué observando los restos que quedan de la calzada romana, entre los que destaca la buena proporción de piedras laterales que hacían de bordillos. Los tramos de acera y de calzada que fui viendo me permitieron transportarme en el tiempo, lo que me produjo mucha emoción.

El recorrido es de gran belleza, discurriendo entre sombras de castaños y robles hasta el famoso puente de origen romano con tres ojos y restaurado en varias ocasiones: el conocido como puente de la Malena, que viene de Magdalena.

Pasado el puente pude observar un miliario más, pero incompleto por estar roto, lo que no quitó que lo mirara con cierta admiración en el pequeño prado en que se encuentra. Hay otro que sirve de jamba a una cancela paralela al río Cuerpo de Hombre, al que llamaban los romanos Corpus Hominis, y que sirve de entrada al corral llamado ahora del Chinato. Se desconoce el número que le corresponde. A unos cien metros vi otro, mandado erigir por Caracalla, emperador romano de los siglos II-III. Se encuentra en magnífico estado y tiene el número CXXXIV. Está ubicado exactamente en el centro del corral del Chinato, conocido con anterioridad como el corral de la viuda de Domingo Muñoz. La inscripción del miliario, según me ha facilitado Vicente Sánchez Pablos, es la que sigue:




IMP.CAESAR.DIVI/
SEPTIMI.SEVERI PII.
ARAB/ ADIAB.PARTHICI.
MAX.BR/ IT.MAX.FIL.DIVI.
MAR.AVR.ANTONINI/
GERM.SARM.NEP.DIVI.
HADRIANI/ ABNEP.DIVI
TRAIANI.PARTHI.CI.ET.
DIVI.NERVAE. AD/ NEP/ M.
AVREL.ANTONINVS.PI/ VS.
FELIX.AVG.PARTH.MAX.
BRIT.MAX.GERM.MAX.PA/
TER. MILITVM.TRIB.POTT
XX/ IMP.III.COS.III.
P. P/PROCOS/ CXXXIIII/

En la fachada del Caserío Sinforiano hay otro fragmento, que posiblemente pudiera tener el número CXXXV. Y en la granja de San Francisco, otro más, al que bien pudiera corresponderle el CXXXVI.

Unos 500 metros aproximadamente más adelante, en el camino y al lado derecho, pude ver otro, que fue llevado en 1993 al Museo Provincial de Salamanca para ser restaurado, siendo devuelto a su anterior emplazamiento dos años después. En este recorrido, también podemos deleitarnos viendo varios tramos de Calzada Romana.

Calzada de Béjar.

A un kilómetro aproximadamente, antes de llegar a Calzada de Béjar, por el lado izquierdo de la carretera, vi otros dos miliarios que estaban a escasos metros uno del otro. El primero se conserva completo, fue mandado erigir por Adriano y está numerado con el CXXXVII. El segundo miliario es un fragmento. Ambos fueron rescatados hace algunos años por los “Amigos del Museo de Salamanca”, subiéndolos desde el fondo del valle hasta el lugar desde donde se supone que habían rodado. Donde se encuentran es el prado de Regajo.

Antes de llegar Calzada de Béjar pude recrearme con las vistas del desfiladero Tranco del Diablo, donde la leyenda dice que perdió su bota. Este paraje está en el curso del río Cuerpo de Hombre. También quiero resaltar que justo en la cuesta antes de entrar en el pueblo hay un tramo que pudiera ser de la calzada romana.

La parada la hicimos finalmente en Calzada de Béjar, un pueblo muy representativo, como refleja su nombre. La ermita del Santo Cristo de la Misericordia es del siglo XVI, recientemente rehabilitada gracias a la labor del párroco Jesús Luengo Galán. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, restaurada por iniciativa del mismo párroco, es del siglo XVII y tiene un hermoso retablo barroco, en el que destaca la Virgen de madera policromada. Aún se conservan por la plaza del pueblo y la calle por donde pasaba la Calzada las casas medievales con las balconeras de madera y las fachadas blancas. En el buen tiempo las macetas se llenan de flores multicolores, que hacen del pueblo un lugar muy hermoso.

Según dicen los vecinos hay tres fuentes romanas. La primera la encontré cerrada con una puertecita metálica. Su nombre es el de San Ignacio de Loyola, pero actualmente la llaman la fuente de Arriba. Años atrás también la llamaban Fuente de los Enamorados, porque dicen que cuando iban las mozas a buscar agua, lo primero que hacían era bañarse en el pilón, que todavía existe, luego cogían los cántaros, que se colocaban al cuadril, y finalmente bajaban contentas, limpias y aun más hermosas con la ilusión de que los mozos las estaban esperando. Algunas tenían novio declarado y otras iban a ver a los mozos que eran de su agrado. La segunda fuente estaba abierta, es de piedra de granito y la llaman del Rebollar. La última es de las mismas características, pero no fui a verla.

A la salida del pueblo, por el lado derecho, hay un tramo de calle porticada. De la última piedra que sujeta la balconada se comenta que bien pudiera ser otro miliario, un poco desfigurado, seguramente para adaptarlo y hacer su actual función.

A pocos metros de la salida, sobre de un pedestal colocado encima del caño que sirve para aliviar la sed de los caminantes, han colocado un peregrino de chapa de hierro pintada de negro que pone debajo y en letras blancas “BUEN CAMINO”.

Metros más arriba del caño, hay un edificio medio derruido del cual dicen, como corrobora Manuel Gómez Moreno (9), que fue un fortín romano. Otras personas, también muy entendidas, lo relacionan con un almacén de nieve o nevero. Yo lo he visto un poco endeble para ser una obra romana.

Siguiendo por la calzada romana, aparecen dos alcantarillas, una a poca distancia de la otra. Y continúo refiriéndome a más miliarios. El primero, muy difícil de localizar, lo encontré en el interior de una tenada, en un lugar muy escondido para ser localizado. Sujeta el techo del local en la parte central a modo de columna. Durante gran parte del año está cubierto por heno empacado. Así me explico las dificultades que tuve para localizarlo, pero, de verdad, me encuentro muy satisfecho.

Unos metros más adelante me fijé en las jambas de las puertas de entrada de un prado, pensando si eran las dos mitades de un miliario. Un poco más adelante y a la derecha del camino, me paré para observar como dentro del prado, llamado Laguna de la Dehesa, había una especie de... ¿miliario?. Tuve que pasar entre unos alambres de espino, algo que ya había experimentado en otras ocasiones, e hice varias fotografías. Según personas más entendidas podría tratarse de un mojón o poste granítico. Creo que sería oportuno el hacer un estudio para averiguarlo.

Al siguiente miliario, que estaba a la derecha del camino, le faltaba el basamento, por lo que dudo que pueda serlo. Después me quedé observando otro no solo por la perfección y belleza que tenía, sino por el buen estado que se encontraba, sin olvidarme del lugar.

Un kilómetro más allá logré ver dos más en el prado de la Ollera. Uno, más grande, donde se ve claramente la letra N, que corresponde a Navalmoral. El otro, más pequeñito, con las letras CX marcadas, pero sin saberse a qué corresponden. Están a dos metros aproximadamente de distancia uno del otro y sobre un mismo basamento. Creo que éste descubrimiento, ha sido para mí de los más impactantes durante el recorrido por la Calzada. Tengo que aclarar que tanto estos dos últimos fragmentos y el anterior miliario, fueron traídos y colocados por la Asociación San Gil en lugares muy próximos al original.

Entre el río Sangusín y Fuenterroble de Salvatierra.

Después de luchar durante mucho tiempo nuestra Asociación de Fuenterroble de Salvatierra ha logrado que se colocase una pontonera para el paso de los peregrinos en el río Sangusín.

Del miliario CXLII, situado junto a dicho río, disponemos de bastante información sobre los avatares sufridos desde 1962. Siguiendo el trabajo de G. Guillani y M. Santonja (10), su ubicación pudo estar junto al cauce del río hasta que en dicha fecha lo trasladaron a Madrid para formar parte de la “Exposición Histórico-Cultural de la Carretera”. Lejos de ser devuelto, quedó colocado en el patio de operaciones de los Nuevos Ministerios de la capital, donde ha permanecido hasta febrero de 2006, en que se volvió a colocar en su lugar de origen.

Debo aclarar que después de llevarse el original colocaron una réplica de cemento. Al volver a reinstalar el original se hizo mal, pues está a la derecha de la calzada romana, donde nunca lo ponían los romanos. Con el debido respeto, deben darnos una explicación quienes sean responsables de ello.

Voy a detenerme un poco en el miliario a modo de ilustración sobre las características que tenían. Para ello seguiré utilizando la información de los anteriores autores. Atendiendo a sus dimensiones, la altura total es de 2’345 metros; la del fuste, de 1’85; el diámetro tiene 0’545; la circunferencia, 1’715; y la basa mide 0’49 por 0’58.

La inscripción se ve mal en sus dos primeras líneas por efecto de la erosión, pero también ha sido dañada por intervenciones posteriores. Se han añadido en la parte superior las letras P y V, y en la inferior, V S, aunque estas últimas no afectan a la inscripción. Se sabe que el miliar fue utilizado durante un tiempo como delimitación de los términos municipales de Peromingo, Valverde de Valdelacasa y Valdefuentes de Sangusín, correspondiendo las letras a las iniciales de cada municipio.

Entre el río Sangusín y el pueblo Valverde de Valdelacasa localicé el miliario CXLIII, que además está marcado con una gran V en la parte superior, lo que indica que está en la linde de Valverde de Valdelacasa. Se encuentra entre una pared de piedras de granito, unas zarzas y una alambrada de espino, dentro de un prado llamado Fusillo. Las fotografías que he hecho han resultado bonitas. La importancia de este miliario está en que señala la mitad de la distancia de la calzada romana de Mérida a Astorga y por todos los indicios está en su lugar original.

A cien metros de Valverde de Valdelacasa, y antes de pasar un puentecillo, al lado izquierdo, se encuentra otra fuente, llamada del Chapato. Desde el principio creí que podía ser romana y por mis averiguaciones posteriores, parece ser positivo. Pero ahí queda. En el mismo pueblo, en el jardín de la casa de Leoncio García García, sita en la calle las Campanas, número 13, hay otro fragmento de miliario, que está tumbado a la derecha según se entra en el jardín. El hombre, muy amable, me dijo que estaba dispuesto a entregarlo en el momento que se lo solicitaran.

El número CXLVIII se encuentra incompleto y a la derecha del camino, fue repuesto en el año 1993 por nuestra Asociación. Está a unos 50 metros de la fuente de la Calera, también de origen romano y de la que también podemos saciarnos de agua para mitigar la sed acumulada en el camino. A pocos metros de ella hemos construido una choza y plantado unos árboles autóctonos pensando en las inclemencias del tiempo. Exactamente el 5 de agosto de 2006, en homenaje al equipo salmantino de baloncesto femenino Avenida, que estuvo presente en el acto, plantamos diferentes especies de árboles con el nombre de cada jugadora. Son jóvenes que nos han dado muchas alegrías, al haber sido en varias ocasiones campeonas de la liga y copas españolas. En febrero de 2008 se plantaron más árboles, esta vez por un grupo de alumnos del Colegio de los Maristas de Salamanca. Este trabajo sirve para que los peregrinos podamos hacer un alto en el camino, que en tantas ocasiones es necesario, y poder así descansar.

Siguiendo con nuestros miliarios, hay otro fragmento en las cercanías de Fuenterroble de Salvatierra, colocado en un lugar adecuado para salvar una parte importante de la Calzada. Espero que limpien un poco la zona, porque a quien no conozca su ubicación le resultará difícil localizarlo.

Entramos en Fuenterroble de Salvatierra y vimos enseguida el albergue construido por el Páter y Presidente de nuestra Asociación Blas Rodríguez Boyero, conocido en todo el mundo entero. Los peregrinos son atendidos de tal manera que, por donde pasen, el nombre de Blas lo llevan en su mente. Además es un hombre muy dedicado a todo que lo conlleve el nombre de Camino Mozárabe de Santiago o Vía de la Plata.

Después de haber pisado tanto tiempo la Calzada solamente he visto un parque temático al aire libre, que es el que está en el mismo pueblo. Se encuentra a la derecha de la iglesia parroquial Santa María la Blanca, del siglo XVIII. En el parque, los peregrinos y visitantes podemos conocer mediante paneles las fases por las que pasó durante su construcción, pisar in situ la reproducción de un tramo de la calzada, la elaboración de la misma pasando por las diferentes fases y ver la reproducción de un miliario.

Notas

(8) Su página web es www.viadelaplata-fuenterroble.com; y su correo elecrónico, aviaplata@terra.es
(9) Manuel Gómez Moreno. Provincia de Salamanca. Valencia, Gráficas Soler, 1967.
(10) G. Gillani y M. Santonja. Arqueología de la Vía de la Plata. Béjar, Ediciones de la Fundación Premysa, 1971.

(Fotos: Juan-Miguel Montero Barrado)

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