Estoy seguro que muchos de los lectores se están haciendo esta pregunta: ¿dónde está situado mi pueblo, mi querido Valdelageve? Voy a intentar aclararles lo mejor posible cómo ir y cuál es su situación. Saliendo de Salamanca y recorridos 3 kilómetros por la carretera N-630, se conecta con la autopista Ruta de la Plata A-66.
Desde la capital charra vamos pasando por Guijuelo, ciudad chacinera por excelencia; Béjar, ciudad famosa por sus de fábricas textiles; y Puerto de Béjar, pueblo que sirve de referencia. Hasta aquí se han recorrido 83 kilómetros. Aproximadamente y unos metros más allá veremos a la derecha la desviación a Peñacaballera, pasamos una rotonda, cruzamos la Vía de la Plata, donde exactamente está colocado el miliario nº CXXXII, y desde ahí son sólo 20 los kilómetros que faltan por recorrer hasta llegar a ese pueblo, que es el mío, y del que tantas cosas hermosas he relatado.
Por esos últimos kilómetros la carretera es estrecha, serpenteante, lo que hace que la marcha sea más lenta. Es cuando realmente se comienza a disfrutar del viaje; del silencio de la naturaleza que, cuanto más se avanza, es mayor; del paisaje... Nada se oye, sólo el sonido de las hojas de los árboles, el trinar de los pájaros, se percibe el olor de la vegetación... ¿Qué más queréis que os narre?
Se van pasando Peñacaballera, El Cerro, Lagunilla y desde este último pueblo, recorridos tres kilómetros, vamos entrando en un paraíso natural, más aún, en el terrenal, como así me parece que es y como siempre lo menciono.
A Valdelageve llegamos después de 104 kilómetros. Se encuentra situado en la parte oriental de la Sierra de Francia, colindante con la Sierra de Béjar, estando de por medio la cortada del río Alagón. Pertenece al partido judicial de Béjar, situado al sur de la provincia de Salamanca.
Los pueblos que le rodean son: Colmenar de Montemayor, al norte; Lagunilla, al sur; Montemayor de Río, al este; y Sotoserrano, al oeste. El río Cuerpo de Hombre, llamado en la antigüedad Corpus Hominis y en los siglos medievales Corpe Dumme, nace en la Sierra de Béjar, en Hoya Moros, a 2.280 metros de altitud. Siendo más concreto, lo hace en las Charcas de Venerofrío, donde, al parecer, se encuentra el único paisaje glacial de la provincia.
Y ahora voy a contar una anécdota que me ocurrió a mí. Durante una caminata por la sierra de Béjar tuve que sacar a dos niñas, como yo llamo al sexo femenino, que se les había colado sus patitas en el hielo roto, sin pensar dónde me encontraba. El hueco se hizo más grande y todo lo que soy yo, se hundió. Menos mal que la mochila evitó que me diese un buen costalazo y que el bordón que apareció por el gureco me sirviera para agarrarme y poder salir arrastrándome por si las moscas -bueno, allí no no las había- de ese infierno. No veía nada, sólo nieve y es que estaba debajo de ella. Eso sí, salí calado y muerto de frío. Toda la marcha la hice de esa manera o peor, porque además lloviznaba. El caso es que llegué a casa calado, pero ni siquiera un catarro me cogí.
El río tiene 38 kilómetros de escabroso recorrido y pasa por el flanco oriental de Valdelageve. Al sur pasa el arroyo del Servón, desembocando ambos en el río Alagón.
Este último, a su vez, separa de norte a sur la Sierra del Castillo de los montes que rodean al pueblo de Valdelageve, entre los que destacan, al norte, el alto de la Gesa (Dehesa), de 792 metros; al este, los Riscos; un poco más al fondo, el Robledo, de 896 metros; al noroeste, el Pardo; y al suroeste, el Pico de Robledo o Robleo, como en el pueblo lo llamamos; más abajo, lindando con la provincia de Cáceres, la cumbre de Calama, de 1.041 metros, y el cerro de la Pitanilla; por último, a unos dos kilómetros de estos montes, dirección este, en la zona llamada Fuente del Robledo, se encuentra el paredón o canchal de la Buitrera.
(Fotos: Juan-Miguel Montero Barrado)
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